PRÓLOGO.
Todos tenemos algo que ofrecer a los demás, una idea, un recurso, una experiencia que puede servir de información, orientación o ayuda a quien lo precise. Éste es el principal motivo que me impulsa abrir este blog y poder así dar desde aquí, una sencilla herramienta que me ha servido a lo largo de mi vida.
DE LA INCERTIDUMBRE DE LA VIDA Y DE LA MUERTE.
Hemos desterrado la muerte de nuestra vida cotidiana, la vemos en la lejanía
como algo repentino y ajeno a nosotros, como algo accidental y poco
significativo, pero es algo objetivo, es algo evidente, no podemos caer en la
ignorancia de que son otros los que se mueren y no uno mismo. Cuando la
evidencia aflora en nuestra consciencia, entonces nos transformarnos en
guerreros.
Las palabras, definen quienes somos, pero no hay palabras para definir la
singular agonía de
la incertidumbre. No conocemos nuestro destino, algunos creen en la
supervivencia de nuestra consciencia. Yo también lo creo, quiero tener
esperanza, pero en la incertidumbre solo nos queda el valor, la decisión, el
honor.
Hace más de un millar de siglos, en la víspera de la batalla, en una oscura
noche con frío y viento, un viejo general se volvió hacia una joven soldado.
Mañana – le dijo el Maestro – sabrás lo que es el miedo.
La joven soldado, que no conocía lo que era el sufrimiento de la guerra, miró
perpleja al general.
“¿Cómo conoceré al miedo si no se qué
aspecto tiene?”
El general le contestó: “Lo reconocerás
porque te hablará muy rápido y muy alto, así es como actúa el miedo,
reconocerlo es fácil”
Pero al reflexionar sobre ello, la joven soldado se hizo la misma pregunta que
ahora se nos plantea.
“Cuando sepa qué es el miedo, ¿Cómo lo
venceré?”.
Aún que no estemos en las vísperas de la batalla, me hice la misma pregunta que
aquella joven soldado le hizo a su general hace ya tantos años. ¿Cómo venceré
al miedo?.
El general le respondió: “La única forma
de vencer al miedo, es diciendo no. No buscaremos atajos en el camino de la
justicia. No, no infringiremos las normas que nos protegen de nuestros
instintos más básicos. No, no permitiremos que la desesperación nos destruya la
autoridad moral. No, no nos apartaremos de nuestra senda, caminaremos con
valentía, con decisión.”
Hay quien dice que la vida no da segundas oportunidades. Por experiencia se que
eso es verdad, solo podemos mirar hacia adelante, debemos portar la antorcha
arrojando luz para hallar el camino hacia lo desconocido. Todos venimos de
algún sitio, lo llevamos dentro con nosotros donde quiera que vayamos, jamás
abandona nuestro corazón, no del todo, pero ninguno puede predecir a dónde nos
llevará nuestro viaje. Puede que suframos pérdidas por el camino, pero con
suerte maduraremos y aprenderemos de esas experiencias y de quienes nos
acompañan en el viaje.
ENLACES A:
DE LA GUERRA (https://estrategiaytacticaenlaguerra.blogspot.com/)
CRONICAS DE UN ABUELO (https://cronicasdeunabuelo.blogspot.com/)
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