MEDITACIÓN BÁSICA.
La meditación no es dejar
la mente en blanco, nada de eso, lo que hace la meditación es salir
del pensamiento descontrolado, cosa que es muy diferente. La
meditación no es algo místico, es una práctica que potencia tus
capacidades psicológicas y desarrolla tu conciencia. Esta práctica
básica es bien sencilla, solo tienes que sentarte, respirar, centrar
tu atención en la respiración y mantener una actitud de calma.
Sentarse donde uno esté
cómodo, una silla, un sofá, un sillón, apoyando tu espalda, puedes
utilizar algún cojín si quieres. Tu postura ha de ser confortable.
Los más ortodoxos te dirán que has de mantener la espalda recta,
sentarte en el suelo en una posición llamada de loto, con las
piernas cruzadas o una encima de la otra. Bueno, esto no es necesario
pero, si tu lo puedes hacer, adelante. Lo importante es que mantengas
una posición distendida la cual, no te provoque molestias más
adelante. Lo que no te recomiendo es tumbarte, por que lo más
probable es que te duermas.
Respirar con los ojos
cerrados. Al inspirar o inhalar, por la nariz o por la boca, “llenas”
tu barriga de aire, es decir llenas tus pulmones sacando tu barriga
al ser empujada por el diafragma. Al exhalar o expirar, lo haces por
la nariz o por la boca. Esto es hacer una respiración abdominal o
diafragmática.
Centras tu atención en tu
respiración. Tu cuerpo respira sin que tengas que forzar la
respiración, solo observa como vas respirando. Cuando enfocas tu
atención en la respiración, tu mente se “ancla” en este momento
presente, por que tu respiración es algo que sucede aquí, ahora y
tu mente está sujeta en el presente, no va hacia el pasado o al
futuro, está en el presente y está aquí, no va a ningún lado.
Al estar tu mente anclada
en la respiración, es una señal para que tu sistema nervioso se
equilibre, ¿por qué? Por que en este momento presente, no hay
amenazas acechándote, estás en la tranquilidad de tu espacio
personal. Tu sistema nervioso libera una gran cantidad de recursos,
que desactivan los mecanismos biológicos del estrés y la ansiedad.
En este estado, además de
recuperar el dominio de tu atención y regular nuestro sistema
nervioso, mantenemos una actitud ecuánime, equitativa y razonable
ante la vida. Nos entrenamos para no ser tan dramáticos, tan
pesimistas cuando las cosas no salen como a nosotros nos gustaría y
nos enseña a lidiar con aspectos negativos que nosotros tenemos,
como la frustración, la preocupación, la ansiedad, la hostilidad,
la desesperación, etc.
Pero, no todo es tan
sencillo. Nuestra mente, cotidianamente acelerada, adicta a las
substancias tales como las hormonas que libera nuestro sistema
nervioso en los momentos de desequilibrio, se pone a saltar de
pensamiento en pensamiento y como adicta, reclama su dosis de forma
enérgica y entonces te dan ganas de dejar lo que estás haciendo, te
sientes frustrado, que no lo estás haciendo bien.
Que tu mente se distrae
durante la meditación, es lo normal del mundo, desde el principiante
al veterano que lleva cientos de horas a sus espaldas. La función
del cerebro es la mente y la mente genera pensamientos, como la
función del corazón es que la sangre circule por las venas. Si te
distraes, retorna al enfoque de la respiración. La función de la
meditación es desarrollar esa actitud de sosiego, la actitud es la
clave, ser tolerante contigo mismo, con tu proceso y saber que cuando
los pensamientos negativos aparezcan, puedas dominarlos. Para esto
sirve esta meditación básica, una herramienta de mejora en nuestra
psicología. El primer paso para el cambio.