EL ENEMIGO EN CASA. Su derrota.

 

¿Cuántas veces a lo largo de nuestra vida hemos empezado hacer una cosa y nunca la hemos terminado? ¿Cuántas veces hemos comprado un producto que apenas hemos usado y ha acabado abandonado? ¿Cuántas veces has prometido una cosa que no has cumplido?

Si nos paramos a recordar desde cuándo nos sucede esto, podemos remontarnos seguramente desde los tiempos de nuestra juventud e incluso desde nuestra infancia.

 

La perseverancia, la pasión, el valor no son meros conceptos, no son valores inalcanzables o unas cualidades abstractas o algo que cae del cielo o una virtud que Dios reparte entre algunos pocos humanos. Son una metodología, un aprendizaje que nos ayuda a mantenernos en la práctica deliberada, en la retención sostenida y en la persistencia en la tarea.

 

¿Cuál es el método para lograr esto? La metodología es todo lo que estoy explicando en mi blog, la meditación básica, no buscar la gratificación inmediata, empezar con cosas sencillas, alcanzables, medibles, ser consciente de ti mismo, relajar tu mente, tu estrés. Mantener tu mente en una dirección que realmente te importa: La creación de la pasión por el método.

 

Varios estudios convergen en la idea de que la combinación de perseverancia y pasión puede aumentar la inmersión de las personas en un dominio de desempeño, es decir, la intensidad del enfoque experimentado, lo que a su vez puede promover niveles más altos de desempeño, es decir, la repetición constante que crea, desarrolla y refuerza el hábito.

 

Las personas que invierten más en la creación de los hábitos, en las repeticiones, desarrollan mejor sus efectos beneficiosos porque se combina con la perseverancia para aumentar la inmersión en una actividad, evidenciada por un mayor enfoque y búsqueda de actividades relacionadas con su apasionado esfuerzo. En otras palabras se crea con más fuerza un sistema que es como “el pez que se muerde la cola”, un círculo virtuoso entre la perseverancia y la pasión.

 

Esta mayor inmersión, a su vez, proporciona la energía y la dedicación que hace que sea más probable que las personas alcancen sus metas. Si bien la perseverancia ayuda a las personas a permanecer comprometidas con la búsqueda de sus metas, la pasión les brinda a las personas el enfoque necesario para lograr sus metas. Por lo tanto, cuando las personas persiguen las metas que les apasionan, una mayor perseverancia puede mejorar su desempeño.