domingo, 7 de marzo de 2021

 

ENFOQUE

 

Es inevitable, sobre todo al principio, pensar que no estamos progresando lo suficientemente rápido en la consecución de los objetivos en nuestra meditación y podemos vernos tentados a cambiar de técnica. Pero esta puede no ser la mejor opción. No me cansaré de repetir que se necesita paciencia, tiempo y entrenamiento para dominar la meditación. Es como todo en la vida, nadie nace siendo algo, por muchas cualidades que uno tenga, se necesita entrenamiento, paciencia, hábito y tiempo.

 

Hoy hablaré de otra forma de meditación, de otra herramienta que podemos utilizar en nuestra meditación básica. Recordad que anteriormente ya avancé que hay tantas formas de meditación como practicantes de ésta, cada uno se acomoda a su carácter, a su personalidad. No estamos dentro de un templo zen o un ashram donde se nos obliga seguir un proceso acorde a una creencia. Aquí estamos solos con nosotros mismos.

 

Hablaré de la llamada Meditación Enfocada. Recordemos que hasta ahora la forma de “anclar” nuestra mente era mediante la respiración. También os hable de la relajación muscular como sistema de complemento. A estas alturas ya os habréis dado cuenta que a atención es una parte integral de cualquier práctica de meditación. A través de la atención descubrimos y exploramos la conexión entre cuerpo y mente. Aprendemos a ser conscientes de lo que estamos experimentando sin dejarnos llevar por pensamientos y sentimientos. Este es el primer objetivo que no es fácil de alcanzar.

 La Meditación Enfocada puede ser una ayuda para alcanzar una Meditación Plena, implica enfocarse en algo intensamente como una forma de permanecer en el momento presente y ralentizar el diálogo interno. Otra forma de anclar tu mente.

 

Comenzar su práctica implica solo unos pocos pasos que serán cada vez más fáciles con el tiempo. Para empezar, haremos sesiones de cinco minutos y aumentaremos hasta períodos de tiempo más prolongados a medida que nos sintamos más cómodos con el ejercicio.

 La clave es practicar la meditación enfocada en un ambiente tranquilo y cómodo como hasta ahora hemos estado haciendo. Centra tu mente en la respiración. Relaja tu cuerpo tal como ya te expliqué anteriormente.

 Ahora, dirige tu atención concentrándote en las sensaciones, incluido el sonido, el olfato, la vista y los detalles de tu punto focal, en este caso, presta atención a las sensaciones que experimentas al inhalar y exhalar cada respiración. La idea no es pensar en ello, sino simplemente experimentarlo, estar plenamente presente en el momento, el objetivo es mantener la mente tranquila.

 

Aclaro que el punto focal es en este caso la respiración, es lo más fácil pero, puede ser otra cosa tal como la paz que se siente, la energía que entra en nuestro cuerpo a través de la respiración, una visualización de algo positivo o incluso un objeto.

 

Si encuentras que tu mente te involucra y te das cuenta de que no estás completamente presente con las sensaciones de tu objetivo elegido, no permitas que el ego interior te golpee por hacerlo "mal" ya que te has dado cuenta de ello. Vuelve a empezar cuando quieras, no te preocupes.

 La meditación entrena la mente para apreciar plenamente lo que está sucediendo en el momento presente. Te da un espacio para que tu mente se asiente y tomes consciencia de tí mismo. Para experimentar esta apreciación, debe haber cierta estabilidad mental mientras practicamos. A medida que avancemos, la mente podrá concentrarse mejor y con menos esfuerzo.


 

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