sábado, 20 de febrero de 2021

 

REWARD


No, no voy hablar de legendarios forajidos del Oeste americano ni de gansters de los años treinta.

Pensando en el anterior post, hoy os hablaré de una herramienta para usar con nuestra mente: La gratificación aplazada, porque es lo primero que la pornografía destruye.


En la década de 1960, un profesor de Stanford llamado Walter Mischel comenzó a realizar una serie de importantes estudios psicológicos.

Durante sus experimentos, Mischel y su equipo evaluaron a cientos de niños, la mayoría de entre 4 y 5 años de edad, y revelaron lo que ahora es una de las características más importantes para el éxito en la salud, el trabajo y la vida: La gratificación aplazada.


La gratificación aplazada, también conocida por gratificación retardada o demora de gratificación, es aquella capacidad que tenemos para resistir la tentación de una recompensa inmediata y esperar una recompensa posterior mejorada. Tiene mucho que ver con el aprendizaje de la fuerza de la voluntad.


No se trata en absoluto, de abandonar los placeres que nos brinda la vida, no. Se trata de cultivar la mente en la moderación, en el término medio, en aprender a retrasar las gratificaciones, para poder planear a largo plazo, vivir de forma más reflexiva y darnos cuenta que la gratificación inmediata tiene un precio demasiado alto que es, que cada vez será menos gratificante y el precio a pagar, cada vez será más alto.


Se trata de un atributo intelectual racional, relacionado con el control de los impulsos, la fuerza de voluntad, el autocontrol, la mejora de nuestra calidad de vida, uno de los rasgos básicos de lo que famosamente se llamó “inteligencia emocional”.


La "autogratificación" antes mencionada es un hábito que no puede coexistir con el logro de metas difíciles y valiosas. Veámoslo.


La dopamina es un neurotransmisor (una sustancia química liberada por las células nerviosas para transmitir señales a otras células nerviosas). Es un actor clave en la parte de nuestro cerebro, responsable del comportamiento motivado por la recompensa.


Cuanto más a menudo se inunda nuestro cerebro con dopamina, más se vuelve poco a poco nuestro cerebro insensible a sus efectos y necesita más estimulación para "sentir la misma emoción" u "obtener el mismo placer".


Esto significa que tu circuito de recompensa cambia fundamentalmente.

Este circuito de recompensa es crucial en los logros que son verdaderamente valiosos en la vida de una persona, como contribuir de manera significativa a la sociedad, desarrollar una habilidad muy buscada, formar una familia, mantener amistades, construir un negocio, competir en deportes, sobresalir en una carrera o tener una buena autoestima. Es por esto que la gratificación aplazada es la buena estrategia.


Podemos entrenar nuestra capacidad para retrasar la gratificación, al igual que podemos entrenar nuestros músculos en el gimnasio. Se puede hacerlo de la misma manera que un padre educa a su hijo: prometiendo algo pequeño y luego entregándolo. Una y otra vez hasta que su cerebro dice, 1) Sí, vale la pena esperar y 2) Sí, tengo la capacidad para hacer esto.


Quienes tengan hijos, sabrán de qué hablo: Una actitud reiteradamente demandante por parte de uno o más niños por todo lo que quiere, puede convertir su educación potencialmente agradable en un ejercicio imposible de paciencia infinita. Educar en la moderación es educar adecuadamente, apliquemos el cuento a nosotros mismos, desarrollar la gratificación retrasada es uno de los mejores regalos que puedes darte a tí mismo.

Aquí hay unas normas eficaces y sencillas de hacer exactamente eso:

Empieza con algo increíblemente pequeño. Haz que tu nuevo hábito sea "tan fácil que no puedas decir que no".

Mejora una cosa en un cinco o un diez por ciento. Hazlo de nuevo mañana.

Utiliza la estrategia de no romper el hábito, para mantener la coherencia.

Encuentra una manera de comenzar en menos de 2 minutos, no lo demores.


 

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