viernes, 26 de febrero de 2021

NATURALMENTE

 

 Ludwig Feuerbach, filósofo y antropólogo alemán, en su escrito de 1850 “Enseñanza de la alimentación” (Lehre der Nahrungsmittel: Für das Volk), escribió la famosa frase: “Somos lo que comemos”.

 Seguro que estáis de acuerdo conmigo que nuestro bienestar físico y mental está directamente relacionado con lo que comemos y bebemos.  Comer bien es parte de la estrategia que puede reducir nuestro riesgo de padecer alguna enfermedad crónica, mantener un buen equilibrio mental e incluso mejorar la condición de nuestros propios genes, si, incluso eso.

 También estaréis de acuerdo conmigo que la mejor alimentación es la llamada “Natural”, es decir, aquellos a los cuáles no se ha añadido ningún componente, no se les ha adicionado de forma industrial sal, azúcar, grasas, edulcorantes, estabilizadores, potenciadores u otros componentes y tampoco han recibido un tratamiento industrial. ¿O.K?.

 Ahora pensemos en lo que comemos diariamente y veamos las etiquetas de esos productos. La realidad es que en un mundo cada vez más industrializado y penetrado por la tecnología, lo realmente Natural apenas existe y nos cueste identificar los alimentos mínimamente procesados, a los cuáles no se han añadido ingredientes. Tal vez nos quedemos solamente con las frutas y verduras frescas, los tubérculos, legumbres, semillas, frutos secos… y nada más.

 Podemos encontrar también unos alimentos mínimamente procesados, a los cuáles no se han añadido ingredientes pero sí han recibido un mínimo procesamiento que no altera su naturaleza. Por ejemplo: Se los lava, pasteuriza, limpia, congela, esteriliza, fermenta sin producir alcohol o envasa.

Tales como el yogur, las leches y otros lácteos, los vegetales y hortalizas congeladas o envasadas y semejantes.

 Los que nos interesa conocer son los alimentos que reciben un procesamiento industrial durante el cual se cambia la naturaleza del alimento original tales como las frutas y verduras en conservas, los encurtidos, los ahumados, las carnes curadas y los quesos a los cuáles se añade sal, así como también, las bebidas alcohólicas y algunas golosinas.

Pero, los más peligrosos para nuestro organismo, debido a que en ellos poco encontramos de la fibra, las vitaminas y los minerales que ofrecen los alimentos naturales y por el contrario, se trata de "alimentos" colmados de grasas trans, sodio y azúcar y concentrados en energía. son los llamados Ultraprocesados que se elaboran a partir de ingredientes industriales en su mayoría, suelen tener cinco o más ingredientes entre los que podemos encontrar sal, azúcar añadido - u otros tipos de edulcorantes -, aceites refinados, grasas, antioxidantes, etc. Es decir, que tienen gran de variedad de aditivos. Podemos identificarlos porque son productos altamente durables, apetecibles y lucrativos, no se reconocen como versiones de un alimento natural y en general, están listos para consumir.  

 Éstos últimos son los que se deben evitarse en una dieta mientras que la base de una dieta saludable debería estar compuesta por alimentos naturales o mínimamente procesados.

 Ahora bien, hay que tener cuidado para que no nos engañen. Algunos fabricantes utilizan estrategias de márketing para confundirnos. Los productos ecológicos son más caros que los no ecológicos y esto genera más ingresos. Además, nos dan la impresión de ser más saludables. Pero lo ecológico, orgánico o bio no significa, necesariamente, que sean más saludables. Lo relevante, es qué llevan esos productos y cómo de procesados están. Al loro!!, leed bien las etiquetas.

 Personalmente soy omnívoro y consumo todo lo más natural que puedo dadas las circunstancias, no como pan, ni bollería industrial, hidratos de carbono los mínimos, casi nada, no bebo ningún tipo de refrescos ni zumos industriales por muy “naturales” que sean. Pero, no soy vegano, vegetariano o exclusivamente insectívoro. Como de todo, incluso he probado algún que otro insecto. Hago normalmente unas cinco ingestas al día y bebo unos tres o tres litros y medio de agua, dependiendo de la estación del año. Intento suplir deficiencias vitamínicas y minerales con suplementos en temporadas y confieso que tomo café bien cargado y de vez en cuando, en solemnes ocasiones mi Lagavulín (no soy perfecto, hago lo que puedo).

 


 

 

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